A la memoria de Julio Cortázar
Qué decir
cuando el sueño
se acaba
y no hay
más que cenizas de hojas,
astillas de tiempo
y resabios de horrores;
si el deseo sin tregua
se muere de hastío,
de pavor,
decoro
y de frío.
Qué decir
si la locura
abandona mi boca y tu boca,
y ya no la toco y
te alejas
y Maga, te busco,
te invento,
te evoco,
te planto en mi frente
y no llegas.
Qué decir
sino ese conjuro contra el silencio:
tu nombre,
Maga,
y entonces sí,
es entonces que me redimo
y te tengo,
y no hay cenizas,
locura,
ni tiempo.
domingo, 22 de junio de 2008
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